martes, 25 de marzo de 2008

PARA EL DEBATE

Reflexiones pedagógicas
Todo comienzo de año sirve para planificar soñando, para soñar y planificar, para desear. A todos quienes soñamos con una pedagogía liberadora, deseamos, buceamos en los mares escolares buscando comunicarnos, compartir procesos:
¡Buen año! ¡Fuerza y Compromiso!
A continuación un fragmento de “Aprendizaje y subjetividad”, ponencia de Claudia Zichero en el Seminario de Educación 2007 que realizamos un grupo de agrupaciones docentes1 en la Facultad de Filosofía y Letras.

¿Podemos en la escuela trabajar para que nosotros y nuestros alumnos nos constituyamos en sujetos deseantes y pensantes, lo cual deviene necesariamente en cuestionadores?, ¿puede la escuela resignificar la curiosidad como deseo de saber?, ¿puede observar la realidad que la rodea, sacar conclusiones y actuar en consecuencia?, ¿puede construir una mirada distinta sobre las familias con dificultades en la crianza de sus niños, evitando culpabilizarlas?
Nos atreveríamos a responder que no, al menos no la institución escuela como está planteada: reproductora del sistema y de las relaciones que este propone; mentirosa, abocada a convencer a los niños y a los jóvenes de que viven en una sociedad que brinda oportunidades iguales para todos; asistencialista; brazo del sistema. “La escuela del patrón”, como la llamaron el Padre Lorenzo Milani y sus niños en Barbiana. Esta escuela no puede convertirse en motor del cambio.
Pero la escuela es todavía el lugar donde están nuestros pibes, y puede convertirse en nuestro lugar de resistencia y de lucha, donde trabajar en la construcción de “yoes” y “nosotros”. Los docentes no somos la escuela, sino trabajadores en ella, y como tales podemos y debemos cuestionarla junto a los niños y jóvenes. Haciendo que la palabra circule y se construya en el hacer cotidiano, en el intercambio, en el trabajo conjunto. Escuchando atentamente todo aquello que niños, jóvenes, colegas, tienen para compartir. Opinando y aportando ideas. Podemos negarnos a ser instrumentos de la reproducción del sistema en la escuela. Podemos mostrar lo que nos pasa en lugar de exhibir lo que nos dicen que pasa. Lo que nos muestran nuestros alumnos y colegas, dejando de deslumbrarnos por lo que nos exhibe el poder (contenidos curriculares, los supuestos nuevos paradigmas pedagógicos, los discursos oficiales sobre diversidad, etc.). Podemos estimular la curiosidad en los niños y jóvenes, sin escandalizarnos porque avance en sentidos no convencionales. Podemos aprender todos juntos a establecer vínculos solidarios en vez de relaciones de poder y competitividad. Podemos aprender y enseñar para comprender el mundo y ser capaces de transformarlo.

(A quienes les interese podemos socializar los documentos del Seminario citado)

1 De ellas, las agrupaciones bonaerenses, estamos construyendo un espacio provincial denominado ENCUENTRO COLECTIVO

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